Así comienza nuestro himno nacional y en este año del bicentenario se me ocurrió que era un título pertinente para este artículo. Si bien nunca fui patrioteto, creo en la Patria como el lugar y, sobre todo, la cultura donde uno nació, se crió y tiene a sus lugares y seres queridos.
Para mí, Patria es un concepto que se construye y desarrolla en un espacio físico que es el País, ambas cosas se van fundiendo en una sola a través de la “memoria emotiva”. De este modo la rambla de Montevideo o la fortaleza del Cerro o las callecitas de Colonia o las playas de la Paloma o las Sierras de Minas o el boliche de la esquina o mil cosas más son el espacio físico (País) que uno va transformando en el espacio emocional (Patria) al cargarlo de vivencias.
Si mañana hiciéramos un enroque de todas las personas de Uruguay con las de ¿Nueva Zelanda?, podría ser ese nuestro País pero no sería nuestra Patria.
Creo que País y Patria se fusionan en lo que la diáspora define como “Paisito”, especialmente porque “Patria” fue un término que se desfiguró durante el período de la dictadura.
Para que una Patria se desarrolle en un País es necesario, entro otros, un concepto básico: Libertad.
Por eso nuestro himno insiste en ese concepto y lo reitera una y otra vez diciendo claramente: sin Libertad no hay Patria.
Hace 10 años, con mi esposa, mi hijo de 2 años y mi hija recién nacida, pude acceder a un préstamo y con eso mudarme de un apartamentito muy chiquito a una casa más confortable. Esa sería mi “casa” donde construiría mi “hogar”, en mi “País”, es decir mi “Patria”. Emigrar había sido una opción pero no creíamos en crear un “hogar” fuera de nuestra “patria”.
De algún modo el “hogar” es el concepto mínimo, atómico, doméstico de la Patria.
La casa me dio inmediatamente otras libertades, tenía un fondo donde poder plantar flores, disfrutar del verano, patear una pelota con mi hijo, invitar a amigos a un asado. Lo dicho, construir nuestro “hogar” y así lo hicimos.
Sin embargo, a 10 años de ese comienzo, es claro para mí que nuestro hogar ha ido perdiendo “libertades” y pienso: si nuestro hogar y nuestra patria están basados en esas libertades ¿terminaré perdiéndolas como consecuencia de esa pérdida de libertades?
Paso a enumerar algunas libertades que nuestro hogar ha ido perdiendo:
1. Libertad del espacio físico - cuando nos mudamos la casa tenía un jardincito al frente. Tuvimos que cercarlo con una agresiva y desagradable reja, cansados de que nos robaran las flores, lamparitas de la luz, los perros haciendo de las suyas en el césped y alguna que otra vez encontrarnos con alguno durmiendo la siesta alcohólica bajo nuestra ventana. De algún modo perdimos el jardín y parte de nuestro espacio vital. No tenemos problemas en compartirlo pero con cierto “criterio”.
2. Libertad del espacio estético – la aseguradora no te asegura tu hogar si no tenés rejas hasta en la ducha así que tuvimos que “afear” la casa con rejas en todas las ventanas o arriesgarnos a perder nuestros “bienes” que no son muchos pero son nuestros. Por otro lado, digo yo ¿si hay un incendio por dónde saldremos? Perdimos entonces la “libertad de escape”.
3. Libertad de tener o no “mascota”– siempre nos gustaron los perros pero teniendo hijos chicos no nos convencía un “perro grande” (perro guardián) porque nunca se sabe. Luego que nos robaron por primera vez varias cosas del fondo de casa perdimos la libertad de no tener perro o mejor dicho, si queríamos bicicletas y juguetes en el fondo, precisábamos perro. Elegimos perro.
4. Libertad de circulación – luego de nuestro primer robo en el semáforo de Bulevar y Canelones, luego de que a casi todos los compañeros de clase de nuestro hijo los apretaran para robarles lo que portaban (hace unos días quedaban solo tres sin “estrenar” y dos de ellos fueron “estrenados”), nos dimos cuenta que la libertad de circulación no existía más.
5. Libertad de vestimenta – nuestro hijo el otro día nos lo confirmó: no quiere championes “de los buenos” porque son un llamador para los “chorros” y prefiere no exponerse. Si los va a tener los lleva en una mochila bien discreta y jamás puestos. Hay que bajar el perfil en todo, cierta pérdida de la libertad de ser y libertad de expresión.
6. Libertad de comunicación - portar un celular es, nuevamente, un riesgo importante. Digo yo ¿las operadoras no pueden controlar esto? ¿Qué utilidad puede tener un celular que no se puede utilizar?
Así algunas libertades perdidas. Ahora, también hay ganadas:
1. Libertad para elegir la tercera línea de gobierno – ahora podemos elegir un Alcalde, si dos niveles no son suficientes ,agregue un tercero y así sucesivamente hasta que ¿algo pase?
2. Libertar para elegir mi representante en el BPS – era candidato único pero uno tenía la libertad de elegirlo o no.
3. Libertad de elegir canales de TV – tengo más canales en la canalera, es la misma basura pero el zapping rinde más.
4. Libertad de elección de yogures – cuando era chico solo existía el “natural”, hoy existen de todos los sabores, marcas, colores y “nutritional facts”. Importante para poder acompañarlo de bastante comida chatarra, de la cual tengo mucha más libertad de elección hoy.
5. Libertad de elegir el prestador de salud – una vez por año uno la puede ejercer. Antes podía siempre ¿perdí o gané?
6. Libertar de decidir sobre la explotación o no de minas a cielo abierto – esta se presentará en el futuro. Importante esta libertad porque es un tema que domino ampliamente y que es muy bueno que me dejen elegir a mí en lugar de a un equipo de técnicos que estudien el tema y pongan en blanco y negro los pros y contras para luego decidir. Es bueno que la mayoría elija, al menos a veces, en fin, no se…
Podríamos decir que es un empate (6x6) pero la verdad es que siento que estoy perdiendo libertades y, volviendo al principio, si las libertades son las que garantizan la patria y mi hogar ¿voy camino a perder ambas cosas?
Termino con el himno:
¡Sabremos cumplir!
¡Sabremos cumplir!
¿Sabremos cumplir?
